¡Ho-ho-agarrad vuestros gorros de Papá Noel, amigos!
Es hora de deshacerse de esas viejas guirnaldas polvorientas y transformar su hogar en un paraíso invernal que hará que sus vecinos se pregunten si ha contratado elfos. Prepare su chocolate caliente (o ponche de huevo con alcohol, no lo juzgaremos), ponga "All I Want for Christmas Is You" de Mariah Carey por centésima vez y veamos algunas ideas de guirnaldas tan fabulosas que hasta el Grinch las aprobaría.
1. El paraíso del ratón de biblioteca: La guirnalda literaria
¡Atención, bibliófilos! Ha llegado el momento de convertir tus libros favoritos en una obra maestra festiva. Coge esos libros viejos y polvorientos que has querido donar (sabemos que nunca vas a leer "Guerra y paz") y dales una nueva oportunidad de vida.
Recorta círculos de las páginas, únelos y ¡listo! Obtendrás una guirnalda que literalmente atrapa a todos . No nos culpes si tus invitados pasan más tiempo leyendo tu decoración que socializando.
2. Winter Wonderland: El espectáculo de los copos de nieve
Transforma tu hogar en el castillo de hielo de Elsa con una guirnalda que te hará cantar "Let It Go" más rápido de lo que puedes decir "dedos congelados". Recorta copos de nieve intrincados en cartulina blanca (o simplemente arruga un poco de papel si no eres muy hábil con las manualidades), agrega un toque de purpurina (porque más es más, cariño) y cuélgalos.
Cuélgalos en todas partes (repisa la chimenea, escaleras, ventanas, gato) y observa cómo tu casa se convierte en un festival de invierno que pondría celoso al Polo Norte.
3. El brillo de la naturaleza: la guirnalda para exteriores e interiores
Saca a relucir tu ardilla interior y busca algunos elementos naturales. Piñas, bellotas, hojas... ¡si están en el suelo, también sirven! Une estas delicias del exterior con ramas de canela y rodajas de naranja secas para crear una guirnalda que huela mejor que el pastel de frutas de tu tía (lo siento, tía Mildred).
Bono: esta decoración ecológica también funciona como comedero para pájaros cuando terminas. ¡Dos pájaros, una guirnalda!
4. Sugar Rush: La guirnalda Candyland
¿Por qué conformarte con mirar tu guirnalda cuando también puedes comértela? Une bastones de caramelo, gomitas y galletas de jengibre para crear una guirnalda más dulce que el bigote de leche de Papá Noel. Cuélgala en la cocina y observa cómo los ojos de tu familia se iluminan más que la nariz de Rodolfo. Pero prepárate para ver misteriosas marcas de mordiscos y secciones que desaparecen. ¡Échale la culpa a los elfos navideños !
5. Felt Fantastic: La guirnalda de manualidades
¡Es hora de poner en práctica tus habilidades para navegar por Pinterest! Toma un poco de fieltro, tijeras y deja que brille la diosa de las manualidades que llevas dentro. Recorta formas festivas como árboles, medias o Papás Noel en miniatura (con panza y todo). Únelos y añade algunas lentejuelas porque, seamos sinceros, las lentejuelas siempre están de moda . Esta guirnalda es tan adorable que te sentirás tentada a usarla como bufanda. (No te juzgaremos).
6. Retro Rewind: La guirnalda con aires vintage
Desempolva los adornos antiguos de la abuela y crea una guirnalda que sea más vintage que los chistes de tu padre. Visita tiendas de segunda mano para comprar adornos antiguos, oropel y tarjetas navideñas retro. Únelos para hacer un viaje al pasado que te hará cantar "White Christmas" y hacer el twist. No olvides el adorno del gato: ¡no es verdaderamente vintage sin al menos un amigo felino!
7. Locura musical: La guirnalda sinfónica
Para los que tienen inclinación musical (o simplemente les gusta fingir), ¡crea una guirnalda que sea música para tus ojos! Recorta notas e instrumentos de partituras antiguas o simplemente toma esa flauta dulce que tienes desde tercer grado. Cuélgalas y observa cómo tu casa se transforma en un concierto navideño . ¡Puntos extra si realmente puedes tocar "Jingle Bells" en ella!
Envuélvelo (como un regalo)
¡Ahí lo tienen, amigos! Siete ideas de guirnaldas tan originales que Papá Noel podría dejar su trineo y mudarse a vivir con ellos. Recuerden, la clave para una gran guirnalda es como la clave para un gran y feo suéter navideño: ¡cuanto más escandaloso, mejor! Así que adelante, decoren sin parar y que sus días sean alegres, brillantes y llenos de guirnaldas que hagan que sus vecinos digan: "¿Por qué no se me ocurrió a mí?".