¡Brrr! Jack Frost te está mordisqueando la nariz y tu dormitorio parece más un "castillo de hielo" que una "cueva acogedora".
No teman, compañeros hibernantes. Estamos a punto de convertir sus dormitorios en el paraíso invernal de sus sueños, sin nieve, por supuesto. ¡Prepárense para crear un dormitorio tan acogedor que podrán dormir toda la primavera!
1. Opte por ropa de cama cálida y acogedora (porque el frío es cosa del pasado)
¡Deshazte de esas frágiles sábanas de verano y disfruta de la calidez! Opta por sábanas de franela , que pueden ser hasta un 20 % más cálidas que las tradicionales de algodón. Ponte encima un edredón de plumas o una manta con peso para sentirte como si estuvieras "envuelto en calor". Consejo profesional: ten una manta extra al pie de la cama para esas noches en las que hasta te castañetean los dientes.
2. Agrega algunos colores inspirados en el invierno (no, no nos referimos a "gris aguanieve")
Saca a relucir tu reina (o rey) de las nieves interior con una paleta de colores que resuene en un paraíso invernal. Piensa en azules profundos, verdes bosque o burdeos intensos. Según los expertos en psicología del color , estos tonos pueden promover la relajación y mejorar la calidad del sueño. Además, quedan fabulosos con una taza de chocolate caliente en la mano.
3. Crea un rincón de lectura relajante (porque Netflix puede esperar)
Crea un rincón acogedor para tus aventuras de lectura invernal. Un sillón lujoso, una manta suave y una mesa auxiliar para tus lecturas invernales favoritas es todo lo que necesitas. Agrega una lámpara de lectura con una bombilla de tono cálido y tendrás un boleto a Cozytown, población: tú.
4. Actualice su iluminación (adiós a las duras vibraciones del hospital)
Olvídate de las luces duras y poco favorecedoras y disfruta del cálido resplandor del invierno. Elige bombillas LED con una temperatura de color de 2700 K a 3000 K para lograr ese ambiente perfecto para la hora dorada. Las luces de cadena, las lámparas de sal o incluso una chimenea falsa pueden añadir ese toque extra de magia. ¿Quién necesita el sol cuando tienes iluminación ambiental?
5. Coloca capas en las cortinas de tus ventanas (porque esquivar las corrientes de aire no es algo exclusivo de las películas de guerra)
Las ventanas pueden ser furtivas ladronas de calor. Muéstrales quién manda con cortinas en capas. Comienza con cortinas transparentes para el día y luego agrega cortinas aislantes pesadas para la noche. Según el Departamento de Energía de EE. UU ., esto puede reducir la pérdida de calor hasta en un 25 %. ¡Toma eso, frío invernal!
6. Incorpora alfombras suaves y mullidas (tus pies te lo agradecerán)
Nada arruina más una mañana acogedora que pisar un suelo helado. Consiente a tus pies con el lujo que se merecen con alfombras de felpa. Houzz recomienda alfombras de pelo largo o de pelo largo para una máxima comodidad. ¡Puntos extra si puedes hundir los dedos de los pies en ellas!
7. Introduzca elementos naturales (incorpore el aire libre al interior, sin congelaciones)
Añade un toque de naturaleza a tu oasis invernal. Las plantas de interior aptas para el invierno, como el poto o la planta serpiente, pueden mejorar la calidad del aire y dar vida a tu espacio. Los detalles de madera, las cestas tejidas o incluso un móvil de ramas pueden aportar ese aire de cabaña en el bosque. Simplemente resiste la tentación de hacer una fogata en el interior, ¿vale?
8. No olvides el aroma (porque el «Eau de Radiator» no existe)
Despierte todos sus sentidos con fragancias inspiradas en el invierno. Las velas perfumadas , los difusores de aceites esenciales o incluso una bolsita de ramas de canela y rodajas de naranja secas pueden transportarlo a un paraíso invernal. Elija aromas como vainilla, canela o pino para lograr esa atmósfera hygge perfecta.
¡Es hora de hibernar con estilo!
¡Ahí lo tienen, guerreros del invierno! Con estos consejos, su dormitorio será tan acogedor que quizás hibernen hasta la primavera. Recuerden, la clave para un dormitorio de invierno perfecto es la superposición de capas: capas de calidez, capas de textura y capas de personalidad. Así que adelante y creen su santuario de comodidad perfecto. Y si alguien los necesita, podrán encontrarlos bajo una montaña de mantas, absortos en un buen libro, rodeados por el aroma de vainilla y pino.
Ahora, si me disculpan, tengo una cita con mi nuevo refugio de invierno transformado. ¡Despiértenme cuando sea temporada de barbacoas!